Hace dos siglos se reabrió en Buenos Aires.
Hace pocos días se cumplió el bicentenario de la reanudación de las sesiones del Congreso que, en San Miguel de Tucumán, declaró la Independencia el 9 de julio de 1816. Como se sabe, la última sesión en Tucumán tuvo lugar el 17 de enero de 1817. Después, los diputados se trasladaron a proseguir su cometido en Buenos Aires, como se había dispuesto. Allí estaban ya casi todos, a mediados de abril. Celebraron sesiones preparatorias el 19 de ese mes, así como el 3 y el 5 de mayo. En la última fue elegido presidente el diputado Tomás Godoy Cruz (Mendoza), y vicepresidente el diputado Pedro Miguel Aráoz (Tucumán).
La tarea del Congreso se reinició con toda solemnidad el día 12 de mayo. El acto empezó a las 11 de la mañana, con asistencia del Director Supremo de las Provincias Unidas, general Juan Martín de Pueyrredón, quien ingresó acompañado por “todas las autoridades civiles, eclesiásticas y militares”. Tomó asiento a la derecha del presidente del Congreso, y se congratuló de que el cuerpo hubiese reanudado su actividad. Godoy Cruz respondió recordando que la mudanza desde Tucumán se hizo teniendo en cuenta la gran distancia entre el Directorio y la corporación, y que “hoy tiene la satisfacción de verla realizada, a pesar de las dificultades que se le opusieron”. Felicitó al Director “por las ventajas que bajo su influencia ha conseguido la causa de América”.Luego, reiteraron sus felicitaciones, “la Cámara de Justicia, la Municipalidad, el Cabildo Eclesiástico, el gobernador de la Provincia, los Prelados Provinciales de las Órdenes Regulares, el Tribunal del Consulado y el Estado Mayor General”. El resto de la sesión estuvo dedicado a un conmovido discurso que pronunció Pueyrredón, donde instó a los congresales a continuar “con ardor” su alta tarea. Aseguró que “una época de gloria va a suceder a tantos conflictos”.