Sugestivo juicio de Terán sobre el prócer.
“José María Paz. 1791-1854. Su gloria sin estrella. Su genio moral” es el gran libro histórico de Juan B. Terán. Apareció en 1936, dos años antes de la muerte del ilustre tucumano. En la introducción, Terán afirmaba que “la historia argentina habría sido diversa, de haber nacido Paz diez años antes o diez años después”.
Tenía “veinte años menos que Belgrano y que Martín Rodríguez, dieciocho menos que Rondeau, trece menos que San Martín, los jefes del ejército del Alto Perú. Es de todo punto probable que, con más edad, habría actuado en la guerra continental -la grande ambición de su juventud-, habría sido el sucesor de Belgrano, o el jefe de Estado Mayor en Vilcapugio y Ayohuma, como lo fue años más tarde en la Guerra del Brasil, y hubiera dado a las armas de la Revolución lo que les faltó en esas acciones. No habría tenido nuestra historia la desviación que causó la pérdida del Alto Perú”.
Reflexionaba Terán que “si hay algún accidente en la historia argentina equivalente al grano de arena de Cromwell o a la nariz de Cleopatra es, sin duda, la boleadura del caballo de Paz, el 10 de mayo de 1831, en el momento culminante de su carrera”. Cayó preso por ocho años y “presidía en ese momento nueve de las trece provincias argentinas (Jujuy no se había separado de Salta) y había triunfado sobre el jefe enemigo más poderoso”.
Narraba el tucumano que hacía veinte años lo atrajo su figura, “al azar de la curiosidad histórica”. Pero “fue la lectura de su archivo privado que nos puso en el camino de un conocimiento más íntimo. Entonces desaparecieron ante los ojos el táctico, el militar, para aparecer un hombre singular, un alma heroica, un genio moral”. Las páginas de su libro, decía, “se proponen comunicar la revelación”.