Contundente decreto del general Gutiérrez.
El gobernador rosista de Tucumán, general Celedonio Gutiérrez (1804-1880), no tenía demasiadas contemplaciones a la hora de castigar a los malhechores. Así lo demuestra su decreto del 17 de mayo de 1843, publicado en “El Monitor Federal” del día 21. Llevaba como título “Acto saludable de justicia”. Decía al comienzo que era “necesario y conducente a la seguridad de las propiedades, al buen orden y a la tranquilidad de la provincia, el ejemplar castigo de los malvados que no quieren vivir de otro modo que del robo”.
Uno de ellos era, expresaba, “Manuel Jurado, con la calidad de incorregible, por cuanto varias veces ha estado preso y ha sido castigado, sin que nada de esto haya sido suficiente para retraerlo de tan desastrosa vida, según resulta de su causa”.
Por lo tanto, “ha dispuesto el Gobierno que el referido Manuel Jurado sea pasado por las armas en la Plaza pública de esta capital, el día de mañana 18 del corriente a las 9 de la mañana”. Se encargaba de la ejecución al coronel José Segundo Roca, jefe del Regimiento 10 de Granaderos a Caballo, “quien dispondrá previamente que se suministren al reo los auxilios de nuestra santa Religión”.
Estipulaba que la sentencia debía ser “leída dos veces: una hoy día en presencia del reo y otra el día de mañana al tiempo de la ejecución”. Concluía: “Así lo dispone el Gobernador y Capitán General de la Provincia, en uso de las facultades extraordinarias que inviste, lo que se tendrá entendido para su debido cumplimiento”. Refrendaba la firma del general Gutiérrez, el ministro general, doctor Adeodato de Gondra.