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CARLOS COSSIO. En 1959, el renombrado filósofo del Derecho dedicó esta foto a LA GACETA.

Alberto Rougés la elogiaba con entusiasmo


Muy destacado filósofo del Derecho, el tucumano Carlos Cossio (1903-1987) cultivó también la poesía. Esa faceta fue muy valorada por su colega, el doctor Alberto Rougés. En febrero de 1930, este le enviaba una carta. Decía que su poemario “ha sido para mí una bella sorpresa”, dado que “su predilección por la filosofía crítica, al parecer creciente, me hizo creer que usted se alejaba irrevocablemente de la poesía. Es frecuente que la meditación marchite las frondas y seque las flores”.

Rougés declaraba su sorpresa, al “haber encontrado no solamente con vida la poesía en usted, sino más honda, más bella que nunca. Y el género de su poesía es la poesía más pura. No es la poesía que se adhiere a las cosas visibles para decorarlas sobria o suntuosamente, o que en lo interior no puede ver sino cosas como las de afuera. Es poesía de un mundo interior, de nuestro mundo interior, del que somos el único habitante posible. Cada vez me siento más convencido de que la interioridad ha sido la gran conquista de Occidente después de Grecia”

En el libro de Carlos Cossio, encontraba en el poema “La pena de hierro” la “más intensa vida interior de su libro”. Le parecía que era “la manera más representativa de la manera poética de usted y la de más intensa liricidad. Esto sin menoscabo de otras bellas poesías de su libro, como ‘Sor Meditación’, ‘Invocación al silencio’, ‘La dulce anunciación’, ese Hamlet donde ‘un pagano arquero’ clava un rubí en el pecho del poeta que ha puesto en un calvario el mundo de los sentidos. Pero el paganismo no será en él sino tentación de la materia divinizada. Su reino no es del mundo de los sentidos”, comenta Rougés. Terminaba “regocijado por el éxito que significa su libro”.