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EL DOCTOR PRÓSPERO MENA. El ex gobernador fotografiado, en primer plano, en una fiesta de 1912. En la mesa están la señora de Láinez y el doctor Luis M. Poviña con su esposa. LA GACETA / ARCHIVO

Conceptos de Próspero Mena en la Sarmiento.


La tradicional Sociedad Sarmiento -fundada en 1882- quiso siempre estar al margen de la política local, por entenderla extraña a sus finalidades. Pero no todos sus conductores estuvieron de acuerdo con tal criterio, y tiene interés rescatar sus argumentos.

En junio de 1903 asumía la presidencia de la Sarmiento el doctor Próspero Mena, ya ex gobernador y ex diputado nacional. “Se cree que en la Sarmiento no debe entrar la política. En esta afirmación hay un error que conviene enmendar y un temor que es bueno disipar”, expresó en su discurso de estreno.

“Si por política se entiende su significado vulgar y estrecho, con su séquito de pasiones, deslealtades y miserias, jamás debe tener acceso en este recinto. Pero si su acepción expresa el noble estudio de la ciencia del gobierno; si en esta tribuna, abierta para todas las ideas, se viene a dilucidar principios, difundir doctrinas, proclamar derechos y a enseñar los deberes cívicos, bienvenida sea la política y ella, así entendida, debe ser preferente preocupación de todos nosotros”, agregó.

Consideraba que la juventud que se ilustra, tiene como misión “la educación del pueblo, sobre cuyos derechos y deberes está fundado el gobierno representativo democrático”. Mantener al pueblo en la ignorancia, era “proclamar el despotismo”. El emblema de la Sarmiento era una antorcha que disipa las tinieblas de la ignorancia, a través de las ciencias y las artes. “Cumplamos nuestro credo: alumbremos las sombras y demos al pueblo luz para su mente y educación política para su felicidad de ciudadano”, expresaba el doctor Mena.