Imagen destacada
DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO. Avizoraba “una revolución que nos hará norteamericanos”.

Carta de Sarmiento al tucumano José Posse.


“Mi querido Pepe”, empezaba la carta del presidente Domingo Faustino Sarmiento a su amigo tucumano José Posse, fechada en Rosario el 24 de enero de 1870. Quería desahogarse, decía, del “exceso de satisfacción que experimento”. Su visita a los pueblos había sido recibida “con inusitado entusiasmo”, y “para las muchedumbres, la presencia del presidente ha sido como si antes de ahora no los hubiese habido”.

Reflexionaba que “en Buenos Aires, el extranjero se mantiene fuera de la asociación, porque la encuentra ocupada por una vieja sociedad colonial, que posee la tierra y guarda para sí las posiciones”. En cambio, en Santa Fe, “no habiendo nacionales ni núcleo antiguo y hereditario, el extranjero hace parte de la Nación, se incorpora en ella por su propio interés y la representa”.

El objeto de su viaje habían sido las colonias. Decía que “colonias quiere decir la rápida transformación de la tierra de ganado en tierra de labor, con los instrumentos más poderosos, bajo el impulso del robusto brazo europeo”.

Le fascinaba ver que “desde Fraile Muerto, desde las Tortugas, cerca del Rosario, y desde la frontera norte de Santa Fe, La Pampa ha sido acometida y surcada, habiendo dado este año pingües cosechas, que alientan y enorgullecen. He visitado a los ingleses de Fraile Muerto, y el ministro francés, en su entusiasmo, les ha dirigido una carta de congratulación”.

Con los datos que tenía a mano, decía, “puedo asegurar que la revolución que nos hará norteamericanos, que destronará al estanciero que hace nacer al gaucho y la montonera, no solo está próxima, sino realizada. Aquí, en este pedazo de la pampa hasta Córdoba, va a constituirse una nueva sociedad, una nueva nación, dejando a los muertos allá que entierren a sus muertos”.