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JOSÉ L. ÁLVAREZ. Apodado “Bastón torcido”, era un obsesivo de la higiene pública la gaceta / archivo

Los tucumanos lo tomaban a broma, en 1904


De acuerdo a la crónica zumbona de la entonces famosa revista porteña “Caras y Caretas” del 12 de marzo de 1904, a comienzos del siglo pasado actuaba en Tucumán cierto caballero obsesivo de la higiene pública. Su prédica no tenía eco y movía a la broma. Lástima que no sepamos algo más del personaje.

La foto en la nota de “Caras y Caretas”, muestra a un añoso señor de barba y pelo blancos, pulcramente ataviado con galera y bastón. El epígrafe informa que se trata de don José L. Álvarez, alias “Bastón torcido”, a quien la revista califica como un “tipo popular de Tucumán”.

La breve crónica expresa: “Está visto que quien vale por sus cabales y se derrite el seso a fuerza de pasarse las noches y los días y viceversa, cavila que te cavila, ése no alcanza ni los honores de la posteridad, ni siquiera el respeto de los contemporáneos; y que sólo medran los que menos valen, los que están inmunizados de todo contagio del talento”.

Seguía. “Es lo que pasa al popular ‘Bastón torcido’, José L. Álvarez por buen nombre, el notable higienista radicado en Tucumán hace muchos años, quien viene bregando por la limpieza en todo y por todo, sin que su campaña encuentre eco en la opinión, desde tiempo casi inmemorial”.

Según la revista, Álvarez, en Tucumán, “ha ideado cuantos proyectos y sistemas de higienización son imaginables. ¡Y como si nada! A sus palabras el viento se las lleva y cuando mucho sus discursos sirven para arrastrar tras sí un populacho amigo de tomar a broma cuanto hay de más serio en la humanidad; y que aplaude y se ríe a mandíbula batiente de algo que no es para reírse y, la verdad, tampoco para llorar”.