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LORENZO LUZURIAGA. El catedrático español (izquierda) llega a Tucumán en 1939. A su lado, el profesor Risieri Frondizi.

Llegan Luzuriaga, Treves y Arias a la UNT.


En su nutrida correspondencia, el doctor Alberto Rougés (1880-1945) tenía al tanto a su comprovinciano y amigo residente en Buenos Aires, doctor Ernesto Padilla, de las novedades registradas en la Universidad Nacional de Tucumán. Era tema de vivísimo interés para ambos. En una de estas misivas (4 de mayo de 1939) se entusiasmaba Rougés por las novedades en el cuerpo docente de la casa.

Informaba a Padilla que “se han incorporado al cuerpo de profesores (Lorenzo) Luzuriaga, (Renato) Treves y (Gino Arias), tres extranjeros. El primero es un pedagogo de nota que, durante la guerra española, se refugió en Glasgow, en cuya Universidad enseñó. Ha venido con su señora (Julia Navarro) y tres hijos. Es un hombre simpático, que no actuó en política en España. Es hombre quien le gusta el manejo de estadísticas educativas y de ellas se ocupó en su patria. Por lo que lo conozco hasta ahora, creo que será un excelente elemento de cultura. Creo que su cátedra de Pedagogía en la más autorizada del país”.

Añadía que “algo análogo te diré de Treves, profesor de la Universidad de Urbino, de Filosofía del Derecho. Ha salido de Italia a raíz de la campaña racista, pues tiene sangre hebrea. Es el mejor profesor de Filosofía del Derecho que tiene hoy el país. Me ha regalado todas sus obras, que son puramente técnicas y de gran valor. Su fuerte es la escuela neocrítica, en cuyo tema tiene dominio magistral. No se ve en su libro razón alguna para su destierro. Tiene solidez de Profesor europeo. A Gino Arias, salido de Italia por igual razón, a pesar de haber sido ‘capo’ del fascismo, no lo conozco. Es conocido en ésa, donde actuó hará dos años en varias conferencias públicas, que originaron reacciones de la izquierda. Es un hombre de 63 años, casado, con tres hijos”.