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JUAN B. TERÁN. Sobre la derecha, al centro, aparece en Buenos Aires, con literatos de la peña del café Tortoni. la gaceta / archivo

La situación histórica clave de Tucumán


En el ensayo “Tucumán”, publicado un año antes de su muerte, Juan B. Terán (1880-1938) trazó un vívido panorama histórico de su provincia natal. Expresó que el destino de Tucumán se había elaborado por la unión de las influencias del norte (Perú y el Pacífico) y del sur (Buenos Aires y el Atlántico).

El papel de la provincia “ha sido de intermediario entre ambas, lugar del encuentro y conciliación de dos formaciones sociales diversas, en cierto modo beligerantes: su posición geográfica le dio el destino de puerto terrestre forzoso en la comunicación entre los pueblos del Pacífico y los del Río de La Plata”.

Por su territorio “debían pasar necesariamente las mercaderías de ultramar, llegadas al Perú por Portobelo, en viaje a Buenos Aires”. Aquí “se trasladaban de las acémilas, que las habían trasportado por las montañas y las mesetas de lo que se llamó después el Alto Perú, a las carretas en que debían continuar la marcha por las llanuras hasta las orillas del gran río. La carreta tucumana fue una expresión y una obra de ese papel de puerto terrestre”.

Así, “paso obligado por las mercaderías, lo fue después para las ideas que de retorno enviaría Buenos Aires al Pacífico. Frontera entre la tierra fragosa y la tierra llana, fue también frontera entre las razas indígenas y separó poblaciones de diversos carácter”.

Y esa función “desempeñada por siglos, de estación de contacto y de empalme de tierras, razas y caracteres sociales que representaban dos grandes formaciones diversas, nos explica cómo un pequeño pueblo mediterráneo alcanzase personalidad continental”.