El gran poeta que vivió en Tucumán
Durante veinte años, residió entre nosotros Ricardo Jaimes Freyre, uno de los grandes nombres de la poesía americana. Escribió, enseñó y fue animador inolvidable de la vida cultural de Tucumán.
Durante veinte años, residió entre nosotros Ricardo Jaimes Freyre, uno de los grandes nombres de la poesía americana. Escribió, enseñó y fue animador inolvidable de la vida cultural de Tucumán.
El ministro de Hacienda de la Confederación Argentina, Vicente del Castillo, garantizó con su patrimonio las deudas del Estado en apuros. Su crédito no fue reconocido luego y perdió sus bienes.
El gobernador Celedonio Gutiérrez lo encargó a Inglaterra en 1844, para la torre del Cabildo. Al demolerse este edificio, fue colocado en la torre del poniente de la Catedral. Con cambios y arreglos múltiples, allí está todavía.
A comienzos del siglo que pasó y durante unas cuatro décadas, Tucumán tuvo su Jardín Zoológico. La malhumorada y veleidosa elefanta “Ernestina” fue la figura principal
La figura en mármol que modeló Pompilio Villarrubia Norry fue colocada en 1911 en la plaza Independencia. En 1928, se la arrumbó frente al Cementerio del Oeste, para blanco de los vándalos.
En “Cien años de soledad”, José Arcadio Buendía queda maravillado al tocar el hielo. Igual sensación tuvieron Mariquita Sánchez ante la fotografía y Eduardo Wilde ante la voz grabada.
Los ornamentos pilosos del rostro masculino variaron con las épocas. Barbas y bigotes aparecieron y desaparecieron. La coleta colonial se remplazó por mechitas y rulos, y luego vino la barba en “u”.
Con sus sarcásticos y originales artículos, Benjamín Posse fue una estrella de la prensa nacional en las décadas de 1870 y 1880. También levantó polvareda en la tierra natal
En 1884, ya muy enfermo, Nicolás Avellaneda volvió por última vez a Tucumán. Permaneció entre sus comprovincianos de julio a octubre, salvo diez días en Rosario de la Frontera.
En tiempos coloniales, las rejas de esta zona del país fueron de madera, antes de ceder paso al “fierro vizcaíno”. Luego, sus líneas simples serían reemplazadas por una profusa ornamentación.
Cartas privadas, notas de prensa, libros de memorias y otras fuentes, registran curiosidades de varios gobernantes del siglo XIX: detalles físicos, actitudes curiosas, pequeñas manías y un gran etcétera.
Virgilio M. Tedín quedó en la historia como un magistrado que llenó su deber sin importarle que el poder político se incomodara. Su tumba fue costeada por suscripción pública.
La vida del millonario porteño Fabián Gómez y Anchorena transcurrió en un clima de fiesta interminable. El rey Alfonso XII lo hizo conde. Pero la fortuna se agotó y Fabián terminó sus días en un pueblito santiagueño.
Entre 1916 y 1930, Elpidio González fue diputado nacional, dos veces ministro y vicepresidente de la Nación. La pobreza lo llevó a vender anilinas en la calle, y rechazó la pensión acordada por una ley del Congreso.
El célebre intelectual, jurista y hombre público apoyó la creación de nuestra Universidad y habló en su acto inaugural. Juan B. Terán fue su discípulo y admirador.
Entre 1865 y 1870 se desarrolló la sangrienta y devastadora Guerra del Paraguay, que costó muchos miles de vidas. Entre ellas, las de varios oficiales tucumanos o vinculados de diversos modos a Tucumán.
El 13 de febrero de 1813, el Ejército del Norte detuvo su marcha sobre Salta para jurar fidelidad a la Asamblea y a la bandera celeste y blanca. Ocurrió a orillas del río Pasaje, que quedó bautizado “Juramento”.
Hace dos siglos debutaron los Granaderos a Caballo, al batir a los realistas junto a una barranca del Paraná. Fue un combate pequeño, pero tuvo significativas consecuencias.