El azaroso trámite de “La Libertad”
La estatua era para la Casa Histórica, pero Lola Mora logró ubicarla en la plaza Independencia. Rediseñó el pedestal y afrontó una polémica por la orientación de la figura.
La estatua era para la Casa Histórica, pero Lola Mora logró ubicarla en la plaza Independencia. Rediseñó el pedestal y afrontó una polémica por la orientación de la figura.
Empezó con la suspensión de un secundario de quinto año, logró la adhesión de los gremios y culminó con un paro general. Los estudiantes perdieron el año, pero desplazaron a los rectores del Nacional y de la Escuela de Comercio.
Mario Roque Rodríguez y José Ricardo Rocha dieron prestigio justificado a la Redacción de LA GACETA de medio siglo atrás. Dos hombres y dos estilos, con un denominador común de calidad humana y de generosidad
Se recibían en Córdoba y unos pocos en Chuquisaca. Recién desde 1827 se dieron grados en Buenos Aires. Resultaban ideales para ministros, y diez fueron gobernadores de Tucumán en el siglo XIX. Curiosidades del título.
El general Antonino Taboada, gran protagonista de las agitaciones militares regionales después de la caída de Rosas, terminó sus días exiliado en Tucumán. Ya no salía de su casa y había olvidado los viejos rencores.
El busto de Humboldt tiene muy alto valor. Es obra del máximo escultor alemán del siglo XIX, cincelada con el modelo al frente. Solamente hay dos ejemplares en el mundo: uno en Washington y el otro en Tucumán.
El heredero de la corona de Italia fascinó a Tucumán en 1924. Humberto de Saboya era sonriente y simpático, a pesar de que controlaban sus expansiones. Estaba lejos de sospechar las tristezas que le reservaba el porvenir.
Después de la batalla de Tucumán, el ejército patriota estuvo en la ciudad hasta enero de 1813, fecha en que marchó sobre Salta. En ese intervalo ocurrieron serias incidencias, y Manuel Dorrego fue su actor principal.
Aunque los papeles públicos se guardaban desde la época colonial, recién en 1892 el Estado instaló el Archivo General. Luego, en 1912, la ley fundadora de la Universidad creó el Archivo Histórico.
El Cabildo, que databa de fines del siglo XVIII, ya estaba muy deteriorado cuando se resolvió demolerlo y erigir el Palacio. La imponente sede, inaugurada en 1912, destacó a Tucumán entre las ciudades del interior.
Pío Tristán, tras su derrota en Tucumán, hizo circular una crónica novelesca de la acción, donde afirmaba que fue una victoria realista. A la vez, ordenó al gobernador de Salta ahorcar a quien difundiera “noticias falsas”.
Alejandro Heredia, guerrero de la Independencia, gobernó Tucumán desde 1832 hasta su asesinato en 1838. Su administración paternal reglamentaba todo. Fomentó la educación, impulsó los matrimonios y protegió el azúcar.
Francisco Cafferata se quitó la vida a los 29 años, en 1890. En Tucumán, se conservan tres obras de su cincel: el Belgrano, la figura de la tumba de Colombres y el busto de un soldado.
El nombre de la provincia tuvo difusión mundial en 1887, cuando Edmundo de Amicis situó en un ingenio tucumano el desenlace del cuento “De los Apeninos a los Andes”. Había querido referirse a la antigua fábrica de La Reducción.
Gestor de la movilización que posibilitó la victoria de 1812, Aráoz enfrentó la anarquía instituyendo la “República de Tucumán”. Rencores de las provincias vecinas, ambiciones de sus oficiales y el caos general, dieron trágico fin a su vida.
El primer monumento de Tucumán fue la pirámide de Maipú, erigida en 1817, y la primera estatua fue la de Belgrano en bronce, de 1884. En 1976 se iniciaría una avalancha de efigies de dispar calidad y de arduo inventario.
En la época de la batalla de Tucumán había dos imágenes de la Virgen de La Merced: la “chica”, del templo, y la “grande”, de la cofradía. La polémica se trabaría, un siglo después, en torno a cuál recibió el bastón de Belgrano.
Militar desde los 12 años, peleó en la campaña del Paraguay, en las batallas de Tucumán y Salta, en dos de las expediciones al Alto Perú y en los inicios de la guerra civil. Formó su hogar en Tucumán y murió exiliado en Chile.