El gobernador que puso en marcha la Universidad y fundó la Caja Popular de Ahorros, fue un infatigable sostenedor de todo lo que significara progreso para Tucumán y la región, en una larga vida que no conoció el descanso
José Segundo Roca, soldado desde adolescente, partió a pelear al Paraguay a los 66 años. Luchaban allí cinco de sus hijos. La muerte súbita lo libró de ver morir a dos. Y tampoco podría ver a Julio como general y como presidente.
El autor de “Una excursión a los indios ranqueles” hizo de su existencia una auténtica novela. Militar, político, “dandy”, duelista, viajero, no hubo terreno que dejara de frecuentar.
Médico de renombre, crítico de música, fundador de bibliotecas, político y periodista, el puntano educado en Tucumán tenía una inteligencia asombrosa y multifacética.
El rasgueo de la escritura, fue un pequeño ruido que acompañó desde épocas remotas nuestra vida. Rúbricas con “ringorrangos” y “en canastilla”. Los “signos” de notarios. La obligación de la buena letra.
Hacen dos siglos que el Ejército del Norte, al mando de Manuel Belgrano, fue batido por la fuerza realista de Joaquín de la Pezuela. Tras varias horas de lucha, la desolada pampa altoperuana se cubrió de cadáveres
Entre el 24 y el 29 de septiembre de 1685, se cumplieron los trámites del traslado de San Miguel de Tucumán desde Ibatín al lugar que hoy habitamos. Fue un proceso con numerosas idas y vueltas.
El 19 de septiembre de 1841, las fuerzas de la Liga del Norte contra Rosas, al mando de Juan Lavalle, se enfrentaron con el ejército rosista de Manuel Oribe. La aplastante victoria de los federales marcó el fin de la coalición regional.
Mendocino radicado en Monteros y primer propietario del ingenio Santa Lucía, don José Federico Moreno destinó su considerable fortuna a edificar escuelas y pabellones de hospital. Nuestra ciudad le debe un tributo.
Durante el siglo XIX, las farmacias se llamaban “boticas”. El dueño no sólo preparaba con sus manos los remedios, sino que su trastienda o su vereda eran cotidiano escenario de charla y de reunión del vecindario.
El autor de las “Bases” dejó San Miguel de Tucumán en 1824, para estudiar becado en Buenos Aires. Regresaría, por un mes, en 1834. Al alejarse, no sospechaba que esa era la última vez que vería la ciudad donde nació.
Don Ángel Paganelli se radicó en Tucumán en 1865. Las imágenes que obtuvo constituyen un registro único e invalorable de la ciudad que rápidamente sería devastada por la piqueta
En libros y artículos del siglo XIX, los visitantes asentaron juicios sobre la personalidad y el carácter de la gente de esta provincia, mirada desde ángulos diversos.
Marco Manuel de Avellaneda encabezó la Liga del Norte contra Rosas, que se atrevió a desafiar al dictador porteño y sostener la necesidad de una Constitución. Aplastado el movimiento en 1841, fue ejecutado bárbaramente por Oribe
A partir de la llegada de la imprenta a la provincia, empezaron a aparecer productos locales, algunos de mucha significación. Leer también deparaba curiosas peripecias
Fue dos veces gobernador de Tucumán. En sus memorables mandatos, trajo el agua corriente, multiplicó las escuelas y fundó el Banco de la Provincia, por ejemplo. Gozó de unánime respeto por su pobreza y por su dignidad.
Al tumbar la monumental casa Méndez, frente a la vereda oeste de la plaza Independencia, la ciudad perdió un edificio emblemático, que se había salvado de la piqueta durante más de un siglo.
Gregorio Iramain, veterano de dos campañas al Alto Perú y de las batallas de Tucumán y Salta, cayó preso de los realistas en Ayohuma. Fue de los contados que se fugaron de las temibles Casas Matas del Callao, y por dos veces.
