Una construcción de largo trámite
Integra nuestro patrimonio arquitectónico el edificio del Colegio Nacional “Bartolomé Mitre” (7.200 metros cubiertos). Firmó su proyecto, en 1904, el ingeniero Carlos Massini. La manzana donde se alza (Muñecas, Sarmiento, Maipú, Santa Fe) fue comprada por la Provincia y cedida a la Nación, que la aceptó por decreto del 25 de febrero de 1905.
El Colegio funcionaba desde 1865 en la hoy Escuela Sarmiento. Pero el deterioro de ese local obligó a alquilar, en la primera década del siglo XX, la casa de Rufino Cossio, en calle Laprida, frente a plaza Independencia, mientras, por un tiempo, parte del Colegio seguía en la vieja sede. Alquiló luego dos casas de José Padilla, en Maipú al 400, más una de Pedro J. Álvarez, al frente de ellas. Así lo refiere Rodolfo Cerviño.
Según evoca José R. Fierro, la piedra basal del nuevo edificio se puso en 1904. Pero las obras sufrieron innumerables tropiezos con los contratistas, y largas etapas de abandono. En 1913, el Gobierno informó al rector Sisto Terán que quedaban suspendidas, hasta que se votaran nuevas partidas.
Terán logró conseguir fondos para los trabajos más urgentes, y obtuvo del Ministerio permiso para mudarse con el local inconcluso. Así, el 1 de mayo de 1914, abrió allí las clases. “La mayoría de los alumnos llegaron en bicicleta”, narra Fierro. La inauguración oficial se hizo el 8 de julio de ese año. Las obras, ya conducidas por el ingeniero Zavaleta, siguieron hasta habilitar todos los frentes, la casa del rector y, en 1916, el salón de actos, que cobijó ese año al Congreso Americano de Ciencias Sociales y al I Congreso Argentino de Ciencias Naturales.