Un agregado al Acta de la Independencia.
En el acta de la Independencia, se expresa que los diputados declararon que se investían “del alto carácter de una Nación libre e independiente del Rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli”. Pero nada decía de otras posibles monarquías, tema que no resultaba menor.
Entre las instrucciones de los diputados, las correspondientes a los de Córdoba, les indicaba sostener que “el territorio americano será absolutamente independiente de la monarquía española o de cualquier otra dominación extrajera”. Estas tres últimas palabras no podían obviarse, a pesar de que no constaban en el acta. La concurrencia de los diputados de Córdoba se había conseguido a duras penas y, además, estaba corriendo el rumor de que el país podía ser puesto en la órbita de la monarquía portuguesa.
El diputado por Buenos Aires, Pedro Medrano, sugirió la solución. Ya que el acta no podía modificarse, en la fórmula del juramento que se debía prestar, luego de las palabras “sus sucesores y metrópoli”, se agregaría “y de toda otra dominación extranjera”. Así se hizo finalmente, cuando los diputados juraron la Independencia, en la solemne ceremonia del 21 de julio.
Por eso es que esto de la “dominación extranjera” no figura en el texto del acta. El Cabildo de Córdoba, en resolución del 5 de agosto, insistió en el asunto. Resolvió que sus representantes, “dando el lleno debido a sus instrucciones” debían hacer presente “al Soberano Congreso, cuál ha sido y es la voluntad de la provincia (Córdoba) en esta materia”, ya que “la expresa voluntad de esta provincia no era ser solamente independiente de aquél gobierno (de España) sino también de toda dominación extranjera”.