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PLANTA Y FACHADA DE 1907. Borrosa fotografía del plano que ejecutó el arquitecto Ángel Romano Vita, publicada en “El Orden”.

El edificio que planificó el “Padre Roque”


Aunque actualmente el recuerdo ya se ha esfumado, para varias generaciones de tucumanos fueron familiares –y admirados- el nombre y la obra del famoso “Padre Roque”. Así era conocido el benemérito franciscano fray Roque Correa (1855-1971). Su enorme acción educativa gratuita se desarrolló en la “Casa Escuela de los Pobres de los Sagrados Corazones de Artes y Oficios”, cuyo local se las arregló para erigir en la calle Marcos Paz al 800, en base sobre todo a donaciones, más algunos subsidios oficiales.

El gran edificio que allí construyó (y donde desde hace varios años funciona el Colegio San Francisco), a pesar de la importancia que posee, nunca llegó a alcanzar las dimensiones y la fachada que el Padre Roque había planeado darle. En el diario “El Orden”, del 18 de julio de 1907, se publicó el proyecto inicial, obra del arquitecto Ángel Romano Vita. Tiene interés rescatar esa planta, para la historia de la arquitectura tucumana nonata.

El local, tan grandioso como de elegante diseño, tenía 119 metros de fachada por 41 de fondo, y se desplegaba a lo largo de media manzana, con jardines al frente. En esa época, la institución del Padre Roque –nacida hacía apenas dos años- ya tenía talleres de tipografía, de telegrafía, de corte y confección y otras especialidades. Esto además de su famosa Banda de Música, que desfilaba detrás de los soldados en las fechas patrias, aclamada por el público. Más de 400 niños recibían allí protección y educación.

Un grupo de damas secundaba al Padre Roque. En 1907, la administradora de la casa era Lola Dode de Terán, con dos comisiones, al frente de las cuales estaban, respectivamente, María Avellaneda de Gallo y Elvira Van Gelderen.