Nutrido menú en homenaje a Silvano Bores
Una larga nota que publicó el diario tucumano “El Deber”, el 3 de mayo de 1888, sobre el banquete tributado al flamante diputado nacional Silvano Bores, ilustra sobre las delicias gastronómicas de aquellos años. La sede del agasajo era el “Centro Social”, que dirigía un señor Olmos y la concurrencia sumaba “no menos de doscientas personas”.
En el primer patio, amenizaban la comida “una buena orquesta dirigida por el viejo maestro Grignola y la banda del piquete, que dirige el acreditado señor Fortunato”. Aseguraba el cronista que “jamás se ha servido entre nosotros un banquete de tan numerosa asistencia, con tanta regularidad, con tanto esmero, tan ordenada y correctamente”.
La nota transcribía el notable menú. Los fiambres eran “salchichón, ensalada de atún, galantina de pavo real, rabanitos, aceitunas, etcétera. Había una sopa de tortuga y después las entradas frías (mayonesa de ostras y jamón de York historiado) y las entradas calientes (costillas Villeroi, pollo saltado Marengo, conejo y unos pastelitos fritos a la Reina.
La lista seguía. “Legumbres: espárragos con salsa holandesa. Asados: pavo y lechón a la Vaticana. Ensaladas: rusa, lechuga, berros. Postres: Charlotte russe, pasta de almendras, gateau napolitano, bizcochos con crema de vainilla y naranjas acarameladas”. En cuanto a los vinos, se enumeraba: Sauterne, jerez, moscatel, Burdeos, Pontet-Canet, Chateau Margaux, Pomard, oporto, champagne. Además, café, cognac, chartreuse, y habanos”. La crónica terminaba diciendo que “a los banquetes no se va a comer, aunque en el del martes se comió bien. Se va a pronunciar discursos y a escucharlos. De manera que puede afirmarse que los banquetes empiezan cuando ya terminan. Saltan, metiendo estruendo, los corchos de las botellas del espumoso champagne, y el salón se ve invadido por la numerosa mosquetería que momentos antes no era apercibida”.