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CONDECORACIÓN. Una de las medallas que recibió Álvarez en la Guerra del Paraguay

El coronel tucumano Manuel Antonio Álvarez.


Muchos de nuestros comprovincianos fueron figuras destacadas en la historia militar argentina del siglo XIX. Pero, en la mayoría de los casos, no serían recordados en la denominación de una calle o de una escuela, y sus rastros constan solamente en algún diccionario biográfico. Es el caso del coronel Manuel Antonio Álvarez.

Según Vicente Osvaldo Cutolo, nació en Tucumán el 24 de marzo de 1836, hijo de Roque Álvarez y de Isabel Maciel. Corría 1865 cuando se inició en la carrera de la armas, en la Guardia Nacional de Buenos Aires, con grado de sargento primero. Partió entonces a la guerra del Paraguay. Se batió destacadamente en sangrientas acciones de esa contienda, como Paso de la Patria, la toma de la batería de Itapirú, Estero Bellaco, Tuyutí y Curupaytí.

Luego, en 1867, se incorporó a las fuerzas del general Wenceslao Paunero, que debían operar en el interior del país. Revistó en varios regimientos, participando en acciones bélicas que tuvieron por escenario La Rioja, San Luis y Córdoba. Tenía grado de teniente segundo en 1868, cuando pidió la baja; pero en 1871 se reincorporó, como capitán, a las fuerzas de la frontera sur de Santa fe. En 1874, al estallar la revolución porteñista, formó en las tropas del entonces coronel Julio Argentino Roca, que defendían al gobierno nacional. A sus órdenes estuvo en la batalla de Santa Rosa, donde resultó herido. Pasó más tarde de regreso a Santa Fe, y en 1879 fue destinado a Mendoza, con las insignias de teniente coronel.

Su retiro del Ejército se produjo en 1895. Lucía varias condecoraciones argentinas por la campaña del Paraguay y otras otorgadas por el Brasil. El 7 de abril de 1928, Manuel Antonio Álvarez falleció en Buenos Aires, tras una carrera jalonada por importantes servicios.