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ROOSEVELT EN TUCUMÁN. En noviembre de 1913, camina flanqueado por el gobernador, doctor Ernesto Padilla, y el ministro de Gobierno, doctor Gustavo Silvetti. LA GACETA / ARCHIVO

En 1913, ponderaba la educación de Tucumán


Otras veces hemos rescatado párrafos de las impresiones que el ex presidente de EE.UU, Teodoro Roosevelt (1858-1919) dejó escritas sobre su visita a Tucumán en noviembre de 1913. Las publicó en el semanario “The Outlook”, de Washington.

Entre las experiencias tucumanas de Roosevelt, estaba su visita a “una de las escuelas industriales para niñas” en la ciudad. “La primera enseñanza -escribe- se prodiga en la ciencia casera, como dicen, o sea en aprender a ser dueña de casa. También vimos una clase de telegrafía y otra de bordados. La instrucción principal es en las artes domésticas: la cocina, la costura, como también tejer, lo que mucho se hace en el país”.

Lo impresionaba “como se ha desarrollado en la Argentina el sistema moderno de educación y extensivo a la mujer. Cincuenta años atrás, nada se hacía por la mujer, y su posición en la sociedad era de manifiesta inferioridad a la del hombre”. Pero, ahora, “no se omite esfuerzo en dotar a la mujer de una educación no inferior a la del hombre y, hasta donde pude apercibirme, no sólo se practica un método inteligente de lo que es más ventajoso para la mujer -como en los EE.UU. y norte de Europa- sino que también se procura evitar lo inconveniente”.

Terminaba con un rotundo elogio. “En esta ciudad subtropical del norte de la Argentina, la consagración de los maestros y su inteligente aplicación de los métodos modernos; la universalidad de la educación a los niños; el tipo de educación superior que se practica como un ideal realizable, y también la forma de entrenamiento físico y deportes, son exponentes que reflejarían gran crédito a cualquier ciudad progresista de nuestro país”.