Versos de Baldomero Fernández Moreno.
Al iniciarse la cuarta década del siglo que pasó, el gran poeta porteño Baldomero Fernández Moreno (1886-1950) visitó nuestra ciudad y recorrió también la zona del cerro de San Javier. Su “Viaje del Tucumán”, de 1941, recoge sus impresiones. Estaban cinceladas en aquella poesía “sencillista” que cultivó con tanta maestría el autor de “Setenta balcones y ninguna flor”. Vale la pena rescatar algunos fragmentos.
Escribe, por ejemplo: “Tucumán es casi igual/ o que Córdoba o que Salta,/ con algo de primavera,/ de perezosa, de pálida./ Villarroel te erigió/ más próxima o más cercana,/ Fernando Mate de Luna/ a poco te trasladaba./ ¡Fernando Mate de Luna,/ viva tu estirpe lunática!/”
Camina por el centro: al parecer, por entonces la ciudad estaba llena de flores. “¡Ay, plaza de Independencia,/ doble mariposa urbana,/ suspiro de la ciudad,/ zoco aéreo de naranjas!/ Horizontes de azulejos,/ cimientos de rejas clásicas,/ veredas y veredones/ para diez enamoradas./ Y flores por todas partes,/ estelares y escarlatas./ Las hay por donde se mire,/ en haces o solitarias,/ en la sombra del jardín,/ al cuenco de las ventanas,/ colgantes de las cornisas,/ clavadas en las fachadas./ Tucumán al mediodía/ relumbra como una llaga./ Tucumán es una niña/ con una blusa plegada/ y una estrella federal/ rozándole la garganta”.
Fernández Moreno divisó el eterno cortejo de mendigos en las calles: un cuadro de “pordioseros verdaderos/ y viejas desbaratadas”. Se preguntaba: “¿En dónde estará la red/ que recoja vuestras lacras?/ ¡Oh Tucumán la opulenta/ cura, alienta, asila, ampara!/ Tucumán, cuida tus pobres,/ mejor dicho, no los hagas”.