Duro juicio respecto a las Universidades.
Tiene interés cierta opinión de Juan Bautista Alberdi sobre el rol de las Universidades en el continente. Maximio S. Victoria, en una conferencia que dio en Tucumán en 1925, la transcribía pero sin citar la fuente.
“La misión de las universidades en Sud América”, sostenía Alberdi, “es difundir la ciencia, con preferencia a la literatura. La ciencia apacigua, la literatura exalta. La ciencia es la luz, la razón, el pensamiento frío y la conducta reflexiva. La literatura es la ilusión, el misterio, la ficción, la pasión, la elocuencia, la armonía, la ebriedad del alma, el entusiasmo”, afirmaba.
El autor de las “Bases” opinaba que “la literatura es la hermana de la espada, un elemento auxiliar de la guerra. Canta a sus héroes y eterniza sus glorias; es la cultura intelectual de las edades heroicas”. Pero, advertía que “prolongar en la cultura esa edad, es retardar la madurez y el progreso de las sociedades. La ciencia solamente puede darle lo que en su edad requiere: la luz, la razón, la calma, la paz necesaria para la fundación de sus instituciones y el desarrollo de sus riquezas”.
Opinaba que “la república más atrasada en educación es la Argentina. No es que falten pedagogos o pedantes, escuelas, universidades o bibliotecas. Es tal vez lo que más abunda, por eso es la más dañada en su educación. En el Plata está ahogada la ciencia por la literatura. La actividad intelectual presenta el brillante cuadro de una escuela de retóricos griegos. Sus grandes inteligencias son todas literarias y es rarísimo el hombre de ciencia que no sea europeo. Las frases, el discurso, la forma, el estilo, el lenguaje, constituyen la preocupación dominante de los cultivan el saber. Y las consecuencias sociales de esta dirección dada a los espíritus, son la exaltación enfermiza, el entusiasmo exagerado, la vanidad, el orgullo”.