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ESTANCIA DEL DOCTOR MANUEL PAZ. Esta foto de 1901 muestra el exterior de la "sala" donde Roberto J. Payró fue objeto de un principesco agasajo en 1899. LA GACETA / ARCHIVO

Las impresiones de Payró del norte tucumano.


En el libro “En las tierras de Inti” (1909), Roberto J. Payró cronica su viaje de 1899 a Salta en el tren del Central Norte, desde Tucumán. Informa sobre algunos puntos. Apunta que Tapia tiene “agua de regadío; una calera propiedad de don Adolfo López; provee de leña a los ingenios azucareros y cría animales en escala grande para el consumo de Tucumán”.

En Vipos están las estancias de don Alberto Méndez y de los Alurralde. “Produce un poco de caña de azúcar y alfalfa y maíz para el consumo de sus propios establecimientos”, y se explota allí “un nuevo producto: la sal que deposita el arroyo Tapia y que próximamente ha de enviarse en cantidades a Buenos Aires”, por ser “de excelente calidad”. En Choromoro estaba construyéndose la estación, cercana al establecimiento de Colombres y a “una pequeña población, una aldea sin importancia”.

En el radio de Alurralde, “donde se cría ganado para el consumo de Tucumán”, visitó “la magnífica estancia del doctor Manuel Paz”. Allí, contaba, “fui magníficamente agasajado, no solo con cuanto de bueno hay en la cocina provinciana, sino también con cuanto en materia de confort pueda imaginarse; y aún más, pues no faltó el payador, el trovador arribeño encargado de improvisar, en honor mío, coplas que, desgraciada o afortunadamente, el viento se llevó para no devolverlas ya”.

Recordaba luego, cerca de Trancas, “las estancias de los hermanos de aquel gentilísimo caballero, don Leocadio, don Ezequiel y don Ricardo Paz”. Visitó también San Pedro de Colalao, por cuyo camino “llegan los famosos vinos de Cafayate, para ser arrastrados por tren hasta Tucumán”.